Una de las herramientas más básicas que los brókeres nos ofrecen son las órdenes llamadas Stop Loss y Take Profit.
Una vez que compramos un activo financiero, que puede ser una acción, un bono, un ETF, o cualquier otra cosa, nos toca tomar la decisión de cuando venderlo, si es que planeamos hacerlo en algún momento.
Existen infinidad de estrategias de las se han escrito incontables libros y que no vamos a detallar aquí. Sin embargo, la más simple de todas es establecer dos puntos de salida de nuestro activo: Una vez que ha alcanzado cierto nivel de ganancias, Take Profit, o cierto nivel de pérdidas, Stop Loss.
Por ejemplo, si adquirimos acciones de IBM por $150, podemos ingresar una orden de venta automática si el precio alcanza los $154 y otra orden de venta automática si el precio cae hasta los $148.
El Stop Loss nos sirve para limitar nuestras pérdidas. En ese sentido, siempre sabremos el nivel de riesgo que estamos asumiendo, en el ejemplo, nunca perderemos más de $2 por acción, o lo que es lo mismo no más de 1.3%.
En este ejemplo, nuestras ganancias potenciales son el doble que las pérdidas potenciales (podemos ganar $4 o perder $2). Establecemos aquí una relación ganancia-pérdida de 2 a 1.
Ahora bien, si asumimos que hay igual probabilidad de que el precio suba o baje, ¿por qué no establecer una relación ganancia-pérdida de 3 a 1 o incluso 10 a 1? Pues aquí es donde entran en juego nuestras habilidades adivinatorias. Si estamos seguros de que el precio subirá y en que magnitud, entonces colocaremos nuestro Take Profit en el lugar preciso. El problema es que esto es imposible de saber de antemano.
Además, nuestra premisa es incorrecta: Las probabilidades de que nuestra posición se cierre por Take Profit o Stop Loss no es la misma. Cuanto más alejado esté el Take Profit del precio de compra inicial, más probable será que el precio alcance primero el Stop Loss, por lo que estaremos acumulando pérdidas en lugar de ganancias.
Si bien ganamos el doble de lo que perdemos, estaremos perdiendo el doble de veces de las que ganamos con lo que nuestras ganancias netas se anularán con el tiempo, y da igual si nuestra relación ganancia-pérdida es 2 a 1, 3 a 1 o 100 a 1, el resultado es exactamente el mismo.
En resumen: Contar con las herramientas como Take Profit y Stop Loss no significa que debamos utilizarlas sobre todo si somos inversores a largo plazo. Volveremos sobre estos conceptos en futuros artículos.